... viejo, cansado y dolorido, daba paso a una imaginación imposible de domar, esa línea delgada que separa la cordura de la locura y como un fonambulista desafiante pisando la cuerda de la vida con cautela, pues entender de fracasos y éxitos, lo hace a uno avizor...
Muchas veces nos complicamos tanto la vida, que olvidamos lo más importante.
Vivirla.
Es demasiado corta y el oficio, difícil.
© Jesús Roqueta 2015 ©