El guerrero sombrío de capa rasgada por la vida
montó su palafrén entero y dando una sacudida
se adentró en el bosque oscuro el cual no tenía salida.
Su espada manchada en sangre el filo la recorría
su alma teñida en negro por una traición poseída,
aquel guerrero sombrío de capa rasgada por la vida
por fin había cruzado el sendero oscuro de la ira,
mas no le quedaba llanto porque jamás, amaría.
© Jesús Roqueta 2015 ©