ROSALEDA
Cuando iba por la selva nocturna, sin destino
escuché una esperanza cantar sobre el camino,
en la alborada de oro. Yo pasaba su canto
daba sobre una lírica fresca rama de acanto.
Saliendo de mi noche, me perdí en un recinto
de rosas. Por los métricos sellos de un laberinto,
los senderos en fuga culterana y ambigua,
conjugaban el tema de la fábula antigua.
Conversé con las rosas y como un amuleto,
recogí de las rosas el amuleto,
recogí de las rosas el sideral secreto.
Los números dorados
de las selladas cláusulas, me fueron revelados.
Mi alma se daba
dándose gozaba,
y transcendía
su esencia en goce.
Se consumía
en la alegría
del que conoce.
Ramón M. del Valle Inclán
ROSAS DE LLAMAS
Ráfagas de ocaso, dunas escampadas.
La luz y la sombra gladiando en el monte:
tragedia de rojas espadas
y alados mancebos, sobre el horizonte.
La culebra de un sendero tenebroso,
la sombra lejana de uno que camina,
en medio del yermo el perro rabioso,
terrible el gañido de su sed canina.
¡Venteaban los canes de la duna ascética
la sombra sombría del que va sin bienes,
alma en combate, la expresión frenética,
un ramo de venas saltante en las sienes!
Lóbrega su estrella le alumbra el sendero
con un torbellino de acciones y ciencias:
las torvas blasfemias por pan justiciero,
y las utopías de nuevas conciencias.
Ráfagas de ocaso dunas escampadas:
la luz y la sombra gladiando en el monte:
mítica tragedia de rojas espadas
y alados mancebos sobre el horizonte.
Ramón M. del Valle Inclán
Cuando iba por la selva nocturna, sin destino
escuché una esperanza cantar sobre el camino,
en la alborada de oro. Yo pasaba su canto
daba sobre una lírica fresca rama de acanto.
Saliendo de mi noche, me perdí en un recinto
de rosas. Por los métricos sellos de un laberinto,
los senderos en fuga culterana y ambigua,
conjugaban el tema de la fábula antigua.
Conversé con las rosas y como un amuleto,
recogí de las rosas el amuleto,
recogí de las rosas el sideral secreto.
Los números dorados
de las selladas cláusulas, me fueron revelados.
Mi alma se daba
dándose gozaba,
y transcendía
su esencia en goce.
Se consumía
en la alegría
del que conoce.
Ramón M. del Valle Inclán
ROSAS DE LLAMAS
Ráfagas de ocaso, dunas escampadas.
La luz y la sombra gladiando en el monte:
tragedia de rojas espadas
y alados mancebos, sobre el horizonte.
La culebra de un sendero tenebroso,
la sombra lejana de uno que camina,
en medio del yermo el perro rabioso,
terrible el gañido de su sed canina.
¡Venteaban los canes de la duna ascética
la sombra sombría del que va sin bienes,
alma en combate, la expresión frenética,
un ramo de venas saltante en las sienes!
Lóbrega su estrella le alumbra el sendero
con un torbellino de acciones y ciencias:
las torvas blasfemias por pan justiciero,
y las utopías de nuevas conciencias.
Ráfagas de ocaso dunas escampadas:
la luz y la sombra gladiando en el monte:
mítica tragedia de rojas espadas
y alados mancebos sobre el horizonte.
Ramón M. del Valle Inclán